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"Gómez Urrutia es la persona que más minas ha visitado en el mundo"... me respondió Rudy Joffroy cuando le dije exactamente lo contrario, después de ver su documental "Los Caídos", que presentó en la gira Ambulante de 2008, una apología de Gómez Urrutia y un crudo relato del sufrimiento de las familias de los mineros que fallecieron en la explosión de la mina de Grupo México en Pasta de Conchos. Pero tal vez lo entendió literalmente, yo decía que era el tipo de líder sindical que no defendía una causa común con sus agremiados, y que no era precisamente minero, sino político del "viejo estilo" (por decir algo, porque todavía no hay algo así como el "nuevo estilo"). Para entonces, la mina de Cananea ya había parado al declararse una huelga que reivindicaba la autonomía sindical, después de que Gómez Urrutia fuera perseguido (pero sin desear capturarlo, al parecer) por el gobierno mexicano por diversos crímenes. Ahora él vive en Vancouver, Canadá, y el caso había sido más o menos olvidado... hasta hace poco.

El Poder judicial declaró inexistente la huelga en Cananea, después de varios años de inactividad que acabaron con el pueblo. Era la última fortaleza de Gómez Urrutia. Desde entonces he leído muchas notas y opiniones acerca de la amenaza al derecho de huelga, la independencia sindical, opiniones como esta, que aparece hoy en La Jornada:

"No sólo los mineros de Cananea y de todo el país han resultado agraviados, se trata de un golpe contra la sociedad, quien observa cómo nuestras instituciones sucumben ante los intereses creados, la influencia de los grupos poderosos y las consignas. La pregunta obligada que queda es adónde acudir para obtener justicia" (ver nota)

Pero todas, hasta hoy, me parecen profundamente timoratas e hipócritas, inútiles y parte de un diálogo trágico. Igual que el documental "Los Caídos" que, si bien retratan el sufrimiento de los mineros y sus familias, malentienden el sindicalismo mexicano, o prefieren ignorar su historia para darse aires progresistas. La huelga de Cananea era instigada por Gómez Urrutia como una herramienta de su causa personal, para evitar que sus propiedades y cuentas fuesen confiscadas, para evitar que se le extradite, se le investigue y se le procese en México, era una herramienta personal de negociación frente a Grupo México. ¿Por qué nadie dice eso? Al final, defienden los privilegios y los "intereses creados" de mafias sindicales terriblemente maquiavélicas, idénticas a las políticas que denuncian y los empresarios que desprecian. No tengo razones para creer que Gómez Urrutia sea diferente a otros líderes sindicales mexicanos, y sí muchas para considerarlo uno del mismo tipo que Elba Esther Gordillo, por ejemplo.

Por eso digo que la tragedia de los obreros mexicanos es doble. Cuando son explotados, como casi siempre, lo son por los empresarios y sus propios líderes, los mismos que dicen defenderlos frente a las injusticias que cometen los primeros. Y ellos responden a los llamados a huelgas con tanta emoción y valentía en un intento por aliviar las injusticias que viven, pero que no se relacionan con las que sienten sus líderes, sentados en un escritorio, que no han envejecido respirando carbón. Qué pena. Por lo pronto, yo me quedo con la pregunta del párrafo que cito: "...adónde acudir para obtener justicia"