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Ayer, tratando de informarme en qué quedó finalmente la supuesta reforma energética/petrolera, me quedé en las mismas. La mayoría de los periódicos hablaron de las manifestaciones organizadas alrededor de AMLO, la toma de tribuna en la Cámara de diputados, y descripciones sobre cómo se realizó la discusión, aunque no sobre qué se discutió. Incluso periódicos como La Jornada tuvieron notas que se concentraron en tres puntos: la concesión de regiones a empresas petroleras para su explotación y la creación de mecanismos para incentivar a las empresas que contrate PEMEX (y eso sí, quién sabe de qué servicios y contratos se hable), que aparentemente no fueron incluídas gracias (y no sé porqué) a las manifestaciones que describieron detalladamente, o sea, su tercer tema.

Así que con la información que tengo, puedo decir que la reforma (y no sé porqué se le llama reforma) se trató:

1. De que la toma de tribunas sea condenada por todos los partidos, porque en una democracia como la mexicana eso es ridículo.
   
2. De que AMLO sólo se dedica a oponerse por oponerse
   
3. De que lo que hicieron los diputados y senadores es lo mejor.
   

   Apenas hoy por la mañana leí algo sobre las declaraciones posteriores de los partidos. Claro, se esperaba que si los tres principales partidos votaron a favor, los tres se declararan "victoriosos", pero no termino de entender cómo ni porqué. Como ven, los medios, al menos los periódicos que consulté, no se concentraron en describir los cambios a las leyes relacionadas con la energía y sus impactos, sino en describirnos el ambiente en que se realizaron esos cambios. Otra vez, y esto es una de esas sorpresas que me gusta anunciar, nos toman como simples receptores, sin juicio y llenos de olores insinuantes que no vale la pena informar.