El blog más punk de México y alrededores, me consta.
Si por un lado se comienza la campaña de la conciliación nacional y el respeto a las diferencias, calificada de mesurada y respetuosa por noticiarios comprados (sin mencionar los tintes demagógicos, engañosos que contiene) y por otro se intenta por todas las formas posibles llamar violentos e irrespetuosos de las leyes a quienes estamos interesados en un esclarecimiento de las elecciones presidenciales, se cae irremediablemente en una de esas contradicciones que tanto he notado durante todo este tiempo. Los panistas, allegados, pacíficos y ciudadanos que se creen muy cívicos, democráticos y toda la cosa, desoyen los reclamos por la transparencia y la confianza en estas elecciones tan cerradas, y sí, sospechosas, a pesar de que tienen muchas intenciones de formar consensos y coaliciones.
Mentiras. Parece como si quisieran formar ese “consenso” bajo amenaza del uso de la fuerza, manipulación moral, o restricción de las libertades de los ciudadanos, porque con sus interpretaciones de la democracia, que excluyen las discrepancias, no llegaran lejos dejando a 2/3 de Mexico sin algo que decir.
Lo que si se ha escuchado, y con bastante fuerza, es esa especie de cliché, que poco a poco ha ido inundando los sesos de muchos (quién diría “El privilegio de Mandar” atrajo una obligación moral muy apropiada en estos dias), es decir, eso de que AMLO debe aceptar los resultados o que si sigue en los “alegatos” es para no perder indignamente, ya que estaba tan seguro de que ocuparía la presidencia. Estos argumentos carecen de cualquier cosa relacionada con la razón y se saltan las ideas tan traídas y llevadas de la democracia. Olvidan que es posible impugnar, que hay reglas que lo establecen cuando hay sospechas, que puede haber inconformidades y pensamientos contrarios a los impuestos por televisoras que no es necesario mencionar aquí.
Aunque han recibido el respectivo espaldarazo de personajes de poca envergadura y dudoso aprecio como Gordillo, Fox, y hasta Victor González Torres, perdón, doctor Simi, los pretenciosos triunfalistas han percibido su carencia de legitimidad, y han recurrido a un producto muy caro al que se remiten cada vez que no se haya justificación interna para un hecho canalla y convenientemente soberano (e interno, claro): la comunidad internacional. El encabezado no podía ser mas escandaloso “Destaca prensa internacional triunfo de Calderon” para después llegar a los extremos de redactar que otros jefes de gobierno, estado y demás, habían “respaldado” las elecciones, y no solo eso, sino los resultados entregados por el IFE. O sea, individuos tan democráticos como Bush y Zapatero, se cagaron en la normatividad interna, en la soberanía de México, y en un arrebato de ignorancia toman por presidente a un individuo que no ha sido declarado como tal por nadie inteligente y sobre el que descansa la sombra de la trampa. Ellos también desoyen a quienes disienten, a los que queremos transparencia.
Es claro que no son ellos los que respaldaran la lucha en el TRIFE, ni que es necesaria su aprobación para continuar con las impugnaciones; solamente reafirman ese descarnado uso de los elementos democráticos a favor de intereses no muy transparentes y comunes, haciendo de la democracia un parapeto para ciudadanos “muy cívicos”. Debería darles vergüenza ser apoyados por Bush.
Pero, por ejemplo, del lado de los indiscutibles derechos humanos, asunto de por sí internacional, nadie dice nada. Ningun Universal, ningun Milenio o Reforma destaco que en el New York Times o el Washington Post hablaron de Michoacán o Atenco, ni porque admiran tanto a esos periodicos. Tampoco destacan esa estupidez de que Luis Echeverría es inocente, que no cometió genocidio, y omiten que el Derecho Internacional (por el que se establece el crimen de genocidio y todas esas cosas) no marca una expiración para ese delito. Otra prueba más del uso inmaduro de las instituciones y medios mexicanas para manipular el voto y la opinión pública, cuando ese sujeto fue arrestado justo días antes de las elecciones.
PD: Ya que es tan cool voltearse al exterior, ahora me toca a mí. Silvio Berlusconi, jefe de la derecha italiana, perdió las elecciones, dejando el cargo de primer ministro, con la desesperanza de los italianos sureños de que un “hombre de empresa” los rescataría del retraso económico. Ahora debe enfrentar un juicio por evasión fiscal de sus televisoras y empresas de comunicación masiva ¿Eso es lo que temen, panistas empresarios y gente que se auto alaba?