El blog más punk de México y alrededores, me consta.
Contento por el último itinerario me dirigia a mi casa, ya habia pasado dos que tres taxis y, varios puentes. Clásico día, apresurado y sediento. El café de la tarde no puede faltar, mas que por disfrutarlo, para feriar y pagar el ultimo taxi. Pensamientos absurdos se revuelven en mi cabeza, recuerdos insignificantes de gente que escucha música en el taxi, anuncios espectaculares de la comer, el repúgnate rojo del corrupto y clientelar PRI, y la ineludible campaña política del año. Es allí cuando todo se voltea.
De unas cuantas discusiones, con unas cuanta personas sale la suficiente vergüenza para no tener mas de dos de esas a la semana. Esta vez, no pareció suficiente. Un individuo agitado y gritando “buenas, buenas, buenas” toma el taxi, (colectivo, claro) y me pregunta si veré el debate, digo que sí, y me contesta con una cara de alivio redentor. No hay de otra, durante nuestra conversación (si así se le puede llamar) no dejo ver mas que un a desconfianza hacia todo aquello que pareciera elector, sin creer que alguien se interesara en un debate (segundo) de candidatos presidenciales, excepto él, individuo corredor.
¿Realmente se interesaba en el debate? ¿era autentica su preocupación por la desventura de 120 minutos de candidatos? o mejor dicho ¿creía que obtendría mucha información de los monólogos?. Sin pensarlo siquiera, casi toda la gente mira esto como un espectáculo, al que te acercas con pizzas, palomitas y una actitud de preocupación civil para sanar el desinterés general de casi todos los años. Espectáculo en el que, por más simple, se trata de ver quién acusa más, responde mejor, o incluso, se ve menos estúpido. La mercadotecnia política a todo lo que puede dar.
Eso que los partidos políticos llaman propuestas, es lo que se ve mejor ante los ojos de las señoras que miran las novelas de Televisa, o que los señores cheleros entienden mejor cuando miran el fútbol, o la bola de puebertos diceciochoañeros entienden como modernidad cuando chatean o revisan su correo. Esas son las imágenes de los politicos y el ambiente de las elecciones, y lo mas vergonzoso es verlo en la figura de candidatos como Calderón, que solo se remite a AMLO para sacar un chistecillo bastante malo y criticar sin más todo lo que se relacione con él,cada vez que un suicida le pone un micrófono enfrente.
Así, dos debates, uno con cinco, otro con cuatro, utilizados sin escrúpulos para cagarse en la gente y decirnos que eso es democracia, y que si no los miras, atiendes o vas, eres un antidemocrático. Sin embargo, las cosas son totalmente diferentes si se le entinede mas como una vitrina que como una mesa de debate. Con esas ideas rondando la ambición politica de muchos sujetos, el ciudadano, el individuo que va al trabajo todos los días, que asaltan, que extorsionan, que tiene profesores canallas, y calles llenas de baches, que no puede quejarse sin un bofetada del clientelismo político, y camina por las calles oliendo la fulminante miseria, se transforma en una equis sobre una boleta electoral. Calderón lo ha demostrado,
basta recordar su altanería ante un perredista en uno de sus mítines, poco le importo el ciudadano, y basto el calculo de que unos votos menos no le interesaban. Absurdo, si se le da validez a sus discursos “democráticos” .
Otra vez regreso al punto de siempre. No creo que esta ocasión sea la mas representativa de la democracia en México. A pesar de las reformas electorales, la autonomía del IFE y la transparencia de algunos proceso fundamentales, queda al margen la educación de los ciudadanos (y candidatos), que en discursos e imágenes ven todo el “futuro de México”. Falta lo más caro, y cuyo costo no se puede dividir como se dividen los recursos y culpas entre partidos, todo mundo lo sabe, y lo repite sin cesar también, pero si no hay algo mas allá de un voto, la democracia es un rito evocado cada transición de gobierno.
Me bajo del taxi, tiro el café que queda en el vaso, camino a mi casa. El debate ha comenzado, miro las diferencias insignificantes de los otros candidatos, la presencia de AMLO, y la repugnante sonrisa de cadáver de Calderón, eufórico por sus encuestas amañadas, y me pregunto si él sabrá lo que hacen sus colaboradores al recibir resultados desfavorables; Patricia, muy moderna según y reivindicadora de todo, Campa, indefinido y Madrazo lastimero. Lo demás también está en los periódicos, los spots, y la vulgaridad política de todos los días.