El blog más punk de México y alrededores, me consta.
Las imágenes retornan con mayor fuerza. Es difícil eludirlas, pero lo he logrado. Esto me recuerda a una pose heroica, o me coloca en ella. El proceso puede que termine en lo mismo, pero cada uno es distinto. El final es lo más terrible: las imposiciones morales.
No puedo negar que son más fuertes que la evidencia de los objetos físicos y se extralimitan en sus funciones directoras, convirtiéndose en todo. Dudas, eso es. Sobre la oportunidad y negación de las cosas y su relación conmigo, y desgraciadamente con los demás. El otro se erige como un monstruo dictador de moral, yo soy el súbdito.
Las imágenes se tornan indefectibles y mi memoria, por supuesto, en su cómplice. La palabra tregua es solo una manera de interpretar las posibles soluciones, y su evocación me arranca un espasmo de risa. Primero se aparecen mis errores, luego el objeto que establece que es un error, y al mismo tiempo, la sinrazón, la duda del porque existe esa situación y no otra, de porque no he solucionado nada con mi voluntad sino con la de algunos recuerdos harapientos. Precisamente, esto es un intento de seducir mi vanidad y enaltecerla.
Lo más cobarde es reconocerle voluntad a los recuerdos, convocar a la mediocridad con ellos. Mis intentos por explicar todo esto están contaminados por ellos, y yo soy traicionado por mi propia voluntad, que solo se atreve a garabatear reclamos inútiles, transmutados en interpretaciones de impulsos electrónicos.
Y el último reclamo viene pronto. ¿Por qué sucumbir? ¿Por qué abandonarme a esta marejada de intempestivas emociones? E imaginarme arrastrado por las olas, con una vaga e indecisa sumisión es la peor de las imágenes, que afortunadamente, no es un recuerdo.
Tal vez todo pueda mal resumirse en imágenes, por la propia repetición de la palabra. Mi falta de capacidad para expresarlo correctamente puede llevar a creerlo. Esto es más complejo, o por lo menos, la moral me indica que debe ser más complejo, para no despreciar la pretendida divinidad del ser humano, y no apagar su curiosidad inherente, que es la mía.
Quedémonos con los Babasónicos: fizz, pendejo (boeingmix again and compumarcha)