OK

Volteé a ver, ibas caminando con soberbia aparentando que eras digna de la libertad que encomiaste, suprimiendo todo pensamiento que te hiciera infeliz. El sol reflejaba en tu cabello intenso una extraña condición atmosférica, probablemente eso fue lo que más llamó a mi atención, pero seguí la sombra hasta confundirte con las demás gentes que se arremolinaban con la nicotina y los perfumes a un lado de los cláxones y las intenciones de liberarse manejando a 100 kilómetros por hora. Batallé contra tu arrogancia y mi despreciado ego para continuar sonriendo por más inmerecida que fuera esa faceta, dije adiós con un maligno desgano, pero estaba seguro de que era feliz, estoy seguro de que serás feliz, mientras no te acuerdes de todo esto.